Para los minoristas, el costo de imprimir y distribuir su folleto semanal es un saco sin fondo.
Los folletos impresos siguen siendo una herramienta importante en tu caja de herramientas de marketing para atraer tráfico a tus tiendas físicas. Es una de las principales tácticas para exponer tu marca a miles de compradores y mantenerlos al tanto de lo que ofreces.
Pero también lleva mucho tiempo y es extremadamente caro de producir y distribuir. Y los recientes problemas de la cadena de suministro y la inflación solo empeoran las cosas.
De hecho, hemos visto casos en Europa en los que ocupa casi 80% ¡de todo el presupuesto de marketing minorista!
Entonces, ¿qué pasaría realmente si mañana desecharas tu folleto? ¿Cómo podrías llegar a los compradores que aún dependen del folleto para decidir dónde hacer sus compras semanales?
En muchos casos, esta discusión se reduce a una batalla entre lo viejo y lo nuevo.
Por un lado están los expertos en marketing que abogan por los canales analógicos, como el folleto impreso, la televisión y la radio, ya que son formatos comprobados en el mundo offline.
Por otro lado, vemos a la nueva generación que creció en el mundo en línea y predica que Facebook y Google Ads son el único canal necesario para llegar a los compradores.
Pero, ¿y si la respuesta está en algún punto intermedio?
Sabemos que el juego cambió con la introducción de la tienda online. Ahora, tu KPI no se basa solo en las visitas a la tienda y a las visitas a la calle, sino también en las impresiones y conversiones digitales.
¿Pero eso significa que puedes simplemente matar el folleto?
Seguro que no de una vez.
Simplemente no puedes permitirte perder el enorme alcance que aún tiene el formato. Sin el folleto, se enfrentaría a un riesgo considerable para su negocio.
En su lugar, es necesario construir un puente entre el marketing analógico de folletos impresos de la vieja escuela y los nuevos canales de medios digitales.
Hemos visto que para muchos minoristas, los folletos (o catálogos) digitales pueden ser ese puente.
El folleto digital utiliza el mismo formato que entienden sus compradores, pero lo combina con los crecientes canales digitales para aumentar significativamente el volumen de compradores potenciales.
Aunque casi todos los minoristas también ofrecen sus folletos impresos como versiones en línea, solo unos pocos utilizan funcionalidades adicionales.
Por ejemplo, muchos no ofrecen información adicional sobre el producto al hacer clic en el folleto digital, que puede ser un un punto de inflexión.
Sin información adicional sobre los productos, los minoristas están obligando a los compradores a buscar esa información en otros lugares.
Otra función infrautilizada es enriquecimientos, como vídeos, animaciones e iconos de tiendas. Pueden tener un impacto significativo en el tiempo de uso y en la conversión.
Hemos visto casos en los que los vídeos y las animaciones duplican con creces el tiempo dedicado al catálogo digital. Además, si hay íconos de compras animados, una cantidad significativa de compradores hará clic en ellos.
Sin enriquecimientos, los minoristas ofrecen una experiencia de compra incompleta y poco atractiva.
Estas funcionalidades de los catálogos digitales destacan el potencial de los minoristas para añadir mucho más valor que con la impresión.
Para crear un proceso de compra más informativo, atractivo y completo.
Y, al final, facilitar la transición al abandono de la impresión.
Recuerda que, si bien los folletos digitales son solo una parte de tu estrategia general de marketing, pueden desempeñar un papel crucial a la hora de ayudar a tus compradores a pasar del mundo analógico al digital.
A corto plazo, debes invertir en tu folleto digital y asegurarte de que se pueda comprar.
Al hacer que tu folleto digital se pueda comprar, puedes usar el canal para influir en aspectos del recorrido del comprador y ayudarlo a pasar de la impresión a la versión digital.
Sabemos que esta transición no ocurrirá de la noche a la mañana y que cualquier cambio organizacional importante puede tardar meses o incluso años en obtener todos los beneficios.
Sin embargo, los resultados en términos de experiencia del comprador y reducción de los costos de impresión pueden valer la pena.
Especialmente a la luz de los problemas actuales de la cadena de suministro y la inflación.